jueves, octubre 28, 2010

.raíces

 
Si seguimos el hilito conductor llegamos un poco atrás en ese punto de quiebre que nos hizo salir a la luz. Un día que nos declaramos fuera, dentro, únicos, qué se yo. Tierra, aire, aire, tierra. Nos declaramos, te acordás? Dijimos ¡desde acá somos otra cosa! Y por supuesto que seguimos siendo lo mismo, pero al menos lo dijimos. Luego si continuamos un poquito más con este hilo conductor llegamos más al fondo, tierras húmedas. Uff, húmedas. Curioso terreno resvaladizo lleno de sexo, porro y musiqueta que nos hizo bailar sobre la risa y el llanto también. Sí, con la luz apagada, te acordás? Sonaba de todo, ruido de fondo y quilombo en las cabezas. Así, así, nos movimos a saltitos para los lados divertidos. ¡Samba! di janeiro... 
Un poco más, un poco más abajo y el terreno está lleno de piedras. Blancas, negras, rojas, azules. Hasta piedras cuadradas, mirá, rozando lo bizarro. ¿Quién iba a creer que había todo eso? Todo un viaje del que no trajimos ninguna piedra de recuerdo, como le gusta juntar a mi abuela. Más bien las tiramos imaginando una banda de pendejos tan sucios como nosotros del otro lado de la calle, en el barrio de la infancia. Traicioneras, las piedras, siempre volvían. Después aprendimos que no, que no volvían, sino que ahí estaban. Así que fuimos nosotros los que nos fuimos al carajo.
Más abajo, un poquitito más, la alegría del cabito recién nacido, apenas rota la semilla, eh loco, ¡esta cosa empezó a crecer! Todos festejamos, sacamos el champagne y lo tomamos con jugo de manzana. Miradas, aplausos, y cómo no! si nos encontramos con el aire libre...
Y antes, justo antes, la semilla misma. Claro, esa churucotita que no tiene nombre, que cayó del cielo, que algunos llaman amor, otros destino, otros dios y yo creo que fue suerte. Una puta y genial suerte que me hizo preguntarte por nuestro terreno. Che, Argentina juega acá? Juega acá, juega ahora, dijiste. Y ahí plantamos bandera.
Plantamos bandera, plantamos semilla, brotamos, festejamos, nos raspamos todos con ese empedrado atómico, bailamos y esquivamos, nos declaramos insanos, coherentes y todo esto que somos, y ahora somos. Sin más, somos. Somos todo. ¿Qué? ¿Qué somos? Lindo arrayán, ¿viste como crecen?

1 comentario:

  1. hermoso relato... todo un viaje a destino por ser... a voluntad e incertidumbre.. a presente pasado y futuro por pasar.

    ResponderEliminar

Dejá el mensaje que más te pinte. O no.